El veintiocho de enero de mil novecientos ochenta y seis, el transbordador espacial Challenger estalló a los setenta y tres segundos de su despegue. El accidente fue retransmitido por televisión y millones de personas pudieron verlo en directo, causando una gran conmoción en la sociedad norteamericana.
“Challenger” es un mosaico de vidas cruzadas, instantes que dibujan una estela en el Miami de los ochenta y difuminan el velo que separa lo ignoto de lo cotidiano en setenta y tres momentos acontecidos aquella mañana de enero. Un escenario en el que conviven un sinfín de culturas con un catálogo de antológicos personajes: ancianas videntes, hermandades secretas, máquinas parlantes, espías soviéticos, bibliotecarias excéntricas, cazadores de monstruos, anodinos funcionarios científicos alienados y detectives en la encrucijada. Existencias que, paralelas al acontecimiento, revelan el poder que atesoramos en colectividad: una imaginación con la que trazar nuevos finales, aquellos que atraviesan la estratosfera, donde los sueños se hacen realidad.