El viejo lobo nota que sus fuerzas están disminuyendo. Para él es más difícil que antes escapar de sus perseguidores. Por eso quiere encontrar un lugar donde ya no tenga que esconderse.
El lobo, ese animal tan presente en la literatura infantil pero perseguido por los cazadores, se presenta en el libro de Karl Rühman como un ser vulnerable. Lo vemos en las ilustraciones -verdes, azules y ocres de Maria Stalder- esconderse de los cazadores que a veces confunde con simples caminantes, y huir hacia escondrijos cada vez más lejanos.
Cuando sus fuerzas le flaquean tanto que ya no sabe dónde esconderse, hace un último intento de huida y salta en el gran lago.
Ahora el viejo lobo está en una historia