En el centro de esta novela hay un niño de doce años: Théo, hijo de padres separados. El progenitor, sumido en una depresión, apenas sale de su caótico apartamento, y la madre vive consumida por un odio sin fisuras hacia su ex, que la abandonó por otra mujer. En medio de esa guerra, Théo encontrará en el alcohol una vía de escape. A su alrededor se mueven otros tres personajes: Hélène, la profesora que cree detectar que el niño sufre maltrato a partir del infierno que vivió en su propia infancia; Mathis, el amigo de Théo, y Cécile, la madre de Mathis, cuyo tranquilo mundo se tambalea después de descubrir algo inquietante en el ordenador de su marido... Todos estos personajes son seres heridos. Marcados por demonios íntimos. Seres que caminan hacia la autodestrucción, y a los que acaso puedan salvar las lealtades que los conectan.