Antes del inicio de la era cristiana, Cleopatra, hija bastarda del faraón de Egipto, nació en Alejandría y ascendió al trono a los diecisiete años. Todavía no era mujer pero ya debía enfrentarse a un hombre dominado por los hombres. Egipto, en decadencia, se deja dominar por la Pax Romana y Cleopatra aprende a mandar sobre su pueblo, imponiéndose sobre todos los prejuicios que hya contra ella. Pero no reina sola. Su hermano es al mismo tiempo su esposo y su faraón, y no está dispuesto a permitir que una mujer mande sobre él.