Dios dispuso la mesa: está en penumbra…
Hay luz de atardecer que ya es escasa
y se hace insuficiente: cuanto alumbra
lo ha cubierto como una ajada gasa…
Niega el tiempo un reloj ya detenido…
Una máscara, y una partitura:
Mi rostro que está oculto y está herido,
la música que en mi alma se hizo impura…
Y una espada partida…Y laurel seco…
Sólo tristes emblemas de este mundo
que me dicen que es breve toda espera
y que arderá mi voz sin dejar eco…
Casi es noche, y son brillo moribundo
flor, libro, crucifijo y calavera…