Bernardo es un camaleón con muy mal genio. No le gusta cambiar de color ni que lo hagan los otros camaleones. Siempre está solo y tiene color de enfadado, y le gusta estar así. Un día, conoce a Serafín, otro camaleón que le hace ver que lo que Bernardo piensa que es el color de enfadado es en realidad el color de la tristeza. Poco a poco, Bernardo empezará a darse cuenta de que tener amigos y probar los colores de todas las emociones de la vida es mucho mejor que estar siempre solo, triste y malhumorado.