?Schindler echó el cuerpo hacia delante y oprimió ese botón: algo vibró en la cabina de control y una minúscula luz roja se encendió. Schindler y su filoso perfil de húsar, la llamarada de su pelo, los caballos, la ciudad allá abajo cada vez más achaparrada y lejana y una especie de polvareda que flotaba sobre el río. También estaban los nombres de los barrios: Corrales, Barracas hacia el sur, Mataderos en la punta y, allá abajo, Tapiales. Emilio se recostó en el asiento y pensó Buenos Aires se parece a una tropilla de alazanes. Pero no (?). Entonces volvió a calcular: Buenos Aires es una cabeza de animal. Eso sería un mapa o por los ojos alucinados de aquel alazán, y tampoco lo dejó conforme. Buenos Aires, desde el aire, es un cuero sucio de caballo."