Sabido es que Borges era un cultor extraordinario de la amistad y de la conversación, categoría esta última que elevó incluso a una altura de obra literaria. Sin duda que no tan relevante como su propia obra literaria, pero no por ello desdeñable, son la infinidad de entrevistas que dio a lo largo de su vida.
En este libro, fruto de una amistad de décadas con quien fuera su colaboradora, Borges se explaya sobre los más diversos temas con la gracia -en el sentido de levedad y profundidad- que siempre le caracteriza y que logra en este libro una visión de conjunto extraordinaria.