Palop regresa a las peores librerías con su cuarta entrega, de la mano de Pascual Ulpiano (seudónimo escurre-acreedores tras el que se oculta un tal Alberto Valle). Rotundamente Pulp, trufado de violencia colorida, melancolía abismal, mala hostia catedralicia y sexo sórdido, en esta nueva aventura hallamos a este sicario de La Agencia, con el que nadie quiere cruzar su camino, absolutamente fuera de sí. A punto de reventar, de hecho, porque a veces las balas que se esquivan no le matan a uno el cuerpo, pero sí el alma. El prestigioso Berto Martínez vuelve a encargarse de una portada que huele a pólvora y sangre.