La misión de todo hijo es defraudar a sus padres. Este libro trata, sobre todo, del rechazo a un don. El libro es un mazazo a los sueños adolescentes, a los sueños que todos tenemos y que cambian muy poco con el pasar de los años, esos mismos que se vuelven frustración, que quedan fijos en momentos de la vida como banderas de mundos que no conquistamos (revista Arcadia).
«Soy yo, desde adentro, queriendo ser la estrella que ellos intentaron ser. O son ellos los que me acostumbraron, me entrenaron, para ser la estrella que ninguno de ellos pudo».