"Franquear la puerta era entrar en otro mundo, en un lugar mágico, en una dimensión donde sólo vive la quimera, la utopía y la imaginación; donde la palabra realidad no existe; donde todo es una ilusión. Aquel era un lugar plagado de historias, de cuentos y de leyendas; de narraciones del pasado, del presente y del futuro; de aventuras épicas, de comedias, de tragedias, de ensayos, de poemas, y de obras de teatro; de sucesos reales y también de episodios que no han ocurrido nunca. Muchos de ellos deberían haber acontecido, otros no."