Cosmo, el protagonista de esta historia, es un bon vivant, un hombre atractivo que ha perdido el atractivo por vivir. Una arritmia cardiaca le lleva hasta las urgencias de un hospital donde, por equivocación, está a punto de ser asesinado, confundido con un capo de un cártel del narcotráfico. Los cuatro disparos que sonaron en la habitación 356 en lugar de matarle, le despiertan de su sueño de abulia y facilidad.
Un canto a la vida, porque nadie tiene asegurado cumplir un año más.