Ciudades que se posan como pájaros se inscribe en un género muy querido por su autor, el de la literatura de viajes, género que ya había abordado en Apuntes de París, Viajes y novelerías (Premio Café Bretón) y Notas sobre Zaragoza del capitán Marlow, convirtiendo la escritura en algo valioso para quienes disfrutan de los viajes que se alejan de lo convencional.
En los cuatro textos que componen este volumen, Fernando Sanmartín da testimonio de nuevos trayectos al extranjero. Lisboa, Oporto, Bruselas, Amberes, Gante, Tánger, Tetuán, Dublín y Galway son las ciudades que conforman el paisaje de este libro, que tiene algo de guía turística y mucho de confesión y autorretrato. El tono de la confesión íntima es el que predomina en las páginas dedicadas a Tetuán; mientras que en otras ciudades camina sobre las huellas que dejó en un viaje anterior, en Tetuán es el recuerdo de su padre, un militar que estuvo destinado allí antes de que él naciera, lo que guía sus pasos.
A lo largo de estas páginas, el lector sentirá asombro, aprendizajes, complicidad, conocimiento de lo que somos, y recorrerá muchos lugares en compañía de su autor; pero también, gracias a que Fernando Sanmartín rehúye el turismo de escaparate, conocerá la vida de las ciudades que este visita.