Jean de La Bruyère, merced a esta obra, es considerado el gran moralista de la Francia del siglo XVII. Sus "Caracteres" constituyen una divertida galería de retratos caricaturescos, que lindan a veces con la ironía e incluso con la crueldad, pero lo que le da su autnéntica dimensión de obra imperecedera son las observaciones de moralista sobre la naturaleza humana, con una visión más bien pesimista.
Por otra parte, la capacidad de síntesis, el ingenio, la agudeza en la observación, son sus principales méritos literarios y los que le otorgan un lugar de privilegio entre los clásicos de todos los tiempos.
Ramón Andrés, musicólogo, poeta y traductor, ha hecho una expléndida traducción y sus textos ayudan a situar la obra tanto en su contexto cultural como en el literario.