Este libro (que se reconoce inspirado por la lectura de Giorgio Agamben, Walter Benjamin y José Luis Pardo) examina algunos tipos de fetichistas y los sentimientos contradictorios que albergan hacia sus propias creaciones y propósitos. Pues todas estas figuras tienen en común una actitud oscilante. En un primer instante, frente al fragmento, sobrevaloran la unidad de la imagen que ellos mismos le aplican. Pero, más tarde, al verse obligados a reconocer que tal imagen nunca lo representa adecuadamente, terminan por rendir un irónico homenaje a su inacabamiento, a su capacidad de apertura.
Así, el intérprete renuncia con melancolía o con resignación a explicar la dispersión de la conducta ajena; el diarista descubre el carácter excesivo de la vida en el olvido de los detalles apuntados; el coleccionista compensa su nostalgia ficticia con la atención a los cambios más imperceptibles; el poeta echa de menos la vivacidad de las impresiones en la fijeza de sus palabras; y al "flâneur" el prójimo siempre se le escapa en la sugestión de su fugaz apariencia.
José Muñoz Millanes (Navalmoral de la Mata, Cáceres, 1951) ha traducido y cuidado las ediciones de Diario disperso de Marià Manent (1985) y El origen del drama barroco alemán de Walter Benjamin (1990), y prologado las ediciones catalanes de las Conversaciones con Eckermann y el Viaje a italia de J. W. Goethe. También ha traducido a poetas catalanes e italianos, como Umberto Saba (Ucelli, 1995)