Generalmente asociado con el nacimiento del impresionismo a mediados del siglo XIX en París, en realidad Edgar Degas (1834-1917) huyó de esterotipos y desarrolló un estilo único, fuertemente influido por los maestros clásicos, el cuerpo en movimiento y la vida cotidiana en la ciudad.
Primogénito de una familia acaudalada, Degas impulsó y participó en una serie de exposiciones de arte "impresionista", pero pronto se alejó del grupo en busca de un enfoque más realista. Las temáticas de sus cuadros se centraron en las bulliciosas y ruidosas calles de París, así como en escenas de ocio y el entretenimiento como las carreras de caballos, los cabarés y, en especial, el ballet. Con perspectivas a menudo ambiciosas y colaterales, sus bailarinas protagonizaron unas 1.500 obras, siempre con la atención puesta en el trabajo físico y la disciplina de la danza.
A través de las ilustraciones de El foyer de la danza de la Ópera (1872), Los músicos de la orquesta (1872) y muchas otras, este libro ofrece una aproximación a la figura del artista que burló los estereotipos y creó una categoría propia, un mundo de evocaciones clásicas, composiciones audaces y una fascinación inagotable por el movimiento que originaron algunas de las obras más notables e influyentes de la época.