El art nouveau, cuyo nacimiento al mismo tiempo que el cine no fue una simple coincidencia, representa el intento más destacable de reconciliar las exigencias de la era de la técnica con el deseo inmortal de alcanzar la belleza y el lujo, o bien de enfrentarlos entre sí.
El movimiento reformista del cambio de siglo se trata aquí no solo como movimiento artístico, si no que también se han tenido en cuenta aquellos intereses económicos y políticos que lo inspiraron, apoyaron y frenaron. Los capítulos «Movimiento», «Disturbios» y «Equilibrio» se ocupan del fenómeno histórico en su totalidad presentando además los rasgos distintivos locales. Los centros de Bruselas, Nancy, Barcelona, Glasgow, Helsinki y Chicago se tratan en subcapítulos al igual que Múnich, Darmstadt y Weimar. Finalmente se describe Viena por separado, esa ciudad donde la síntesis alcanzó su culminación. Los artistas más destacados son analizados en detalle en relación con las respectivas ciudades donde realizaron sus obras principales. El resultado es un complejo retrato de la simbiosis de arquitectura, diseño de muebles y artesanía con sus correspondientes propuestas para la revitalización artística.