En esta novela, la tercera del "Cuarteto de Buru", asistimos a un proceso de maduración, tanto del protagonista, Minke, como de su país, dispuesto a sacudirse del colonialismo y encontrar su propio destino. Minke sigue siendo un joven enamoradizo, de las mujeres, de la vida y también de su pueblo al que no duda en criticar aquellos aspectos que no comparte.