«Adicto a Chejfec. Me atrae su narrativa en voz baja y el frío trato irónico que le da a la literatura, a la que sin embargo ama. ¿Es narrador o ensayista? Ahí a veces dudo, como ahora mismo; titubeo bastante, nunca sé qué decidir. Pero no importa. Después de todo, a él le atraen las indecisiones. Con todo, de algo creo estar seguro: en sus textos, poblados de fantasmas tenues y etéreos, acabo siempre de golpe comprendiendo que no pasa nada, pasa sólo que son excepcionales». Enrique Vila-Matas