La historiografi´a sobre el gran terror de los an~os treinta en la Unio´n Sovie´tica se ha dividido entre quienes han responsabilizado principalmente a Stalin y quienes han buscado li´neas de continuidad respecto de una actuacio´n ti´pica del ejercicio del poder en Rusia y/o han hecho recaer las culpas sobre la sociedad en general y la cu´pula bolchevique en particular. El profesor James Harris, disci´pulo directo de autores comprometidos con la segunda interpretacio´n como Arch Getty o Sheila Fitzpatrick, se situ´a en la corriente de responsabilidad compartida. Dentro de ella, sin embargo, da un paso ma´s alla´ y a trave´s de documentacio´n original otorga un nuevo sentido a la expresio´n «el gran miedo», convirtie´ndolo en un concepto bidireccional. Es decir, a la de nicio´n cla´sica como eufemismo de la gran purga incorpora el terror real que la cu´pula bolchevique teni´a —a veces fundadamente, a veces sin base alguna— a ser derrocados, saboteados y/o asesinados.