Lucio Anneo Séneca, nacido en Córdoba a principios del siglo I de nuestra era, fue un notable filósofo
que como preceptor de Nerón tuvo un importante papel en la Roma de la época. Al margen de su obra filosófica y de sus estudios sobre la naturaleza, se han conservado ocho tragedias escritas por él ?y dos que tradicionalmente le han sido atribuidas? que constituyen los únicos testimonios de literatura trágica conservados en la literatura latina y proporcionan una rica información sobre el tratamiento de los modelos y la circulación de los dramas. El «corpus» completo tiene el enorme interés de haber sido modelo de referencia de la tradición trágica en la literatura europea.
Frente al resto de su producción filosófica, a partir del siglo XIX, las tragedias de Séneca fueron consideradas meras dramatizaciones del programa filosófico del autor, y ello a pesar de la profunda influencia que habían tenido tanto en la Antigüedad como en el teatro del Renacimiento. Pero, en los últimos años, Séneca ha sido reconocido como un gran dramaturgo, conocedor de los modelos trágicos griegos, aunque original y autónomo con respecto a ellos, a los que somete a una intensa romanización tanto en el contenido como en los aspectos formales. De las dos obras de autores desconocidos introducidas desde la Antigüedad en el «corpus» de las tragedias de Séneca, la «Octavia», único ejemplar conservado del género de la «praetexta», nos muestra un ejemplo de cómo el teatro de tema histórico podía ser utilizado como crítica al poder.