Frente a la historiografía tradicional que suele ver la Alta Edad Media a la luz de una serie de historias regionales y que resulta, por ello, muy fragmentada, el profesor Wickham combina aquí los datos documentales y arqueológicos en un análisis temático de cada una de las regiones del imperio romano tardío y del primer mundo postromano, desde Dinamarca hasta Egipto, pasando por la España visigoda y al-Andalus. Desde su convicción que, sin ese estudio región por región, no es posible comprender el crecimiento y desarrollo de Europa y el Mediterráneo entre los años 400 y 800 de la era común, el autor construye un nuevo marco en el que integra la creación de los distintos estados, la riqueza y la identidad de la aristocracia, la gestión de la propiedad, la vida rural y la sociedad campesina, las ciudades y el comercio, en un estudio que es la mejor síntesis que se haya escrito nunca sobre la Alta Edad Media.