Este libro nos propone una nueva visión de la época medieval y de los orígenes de la Europa moderna. El profesor Moore nos muestra el período que va del año mil a comienzos del siglo xiii como la época de una gran revolución en la sociedad europea que implicó un cambio en las estructuras políticas (con la desintegración del imperio carolingio y el paso del poder a los señores), la transformación de la agricultura (cuando la nobleza pasó de vivir del botín a hacerlo de las exacciones impuestas a los campesinos), la creación o el crecimiento de las ciudades, un cambio en las reglas del matrimonio y de la herencia (nacido de la necesidad de asegurar la transmisión de las propiedades) o la aparición de grandes movimientos de protesta popular (que fueron condenados y perseguidos como herejías cuando se quiso restablecer el orden social). Moore sostiene que no fue, como se suele decir, el despertar del Renacimiento tras el inmovilismo medieval, sino precisamente esta revolución que tuvo lugar en los siglos xi y xii lo que dio a la civilización europea aquellas características que han hecho de ella el motor de los grandes cambios que han conducido a su supremacía en un mundo globalizado.