Para Heródoto, los egipcios eran «los más religiosos de los hombres». La religión era el componente esencial de la civilización faraónica y las divinidades de su panteón, innumerables. Así lo reflejan las paredes de las tumbas y los monumentos que han llegado hasta el presente, repletas de secretas escenas rituales.
Jean Pierre Corteggiani ha realizado una completa introducción a este mundo desaparecido, y nos da a conocer a sus grandes dioses cósmicos, a sus genios emisarios, a las deidades locales y a los oscuros demonios del inframundo; con sus principales atributos, los animales a través de los que se manifestaban, las plantas que les estaban asociadas y el significado de las ofrendas que se les presentaban en señal de devoción.
Este gran libro --con sus 686 entradas y 360 imágenes-- es una magnífica oportunidad para comprender mejor una de las civilizaciones más misteriosas que en el mundo han existido.