En la sierra de Alcaraz, en 1911, un anarquista escucha la historia del bandido Jacobo de Gracia Expósito, alias el Derriñonador, compañero de calabozo, y la transforma en un manuscrito irónico para conseguir su indulto y que le ayude a dar un golpe de mano táctico contra un significado cacique. A través del contraste entre realidad y ficción, se muestra el proceso de conversión de un individuo -saludable, pero con una sexualidad casi monstruosa- en leyenda, y se sugiere la diferencia entre el lenguaje de los intelectuales y el pueblo como motivo del fracaso de la revolución española.