El plácido descanso caribeño de Myron Bolitar junto a una curvilínea presentadora de la CNN se ve
bruscamente interrumpido por una mala noticia: Esperanza Díaz, socia de Myron en MB SportsReps, agencia deportiva con
sede en Manhattan, ha sido detenida por asesinato. La acusan de haber acabado con la vida de Clu Haid, pitcher de los
New York Yankees, hermano de fraternidad de Myron en la Universidad de Duke y cliente de la agencia en la actualidad;
el muerto, una estrella del béisbol en declive, se había visto envuelto últimamente en un escándalo de consumo de
heroína, lo que acabó definitivamente con su carrera. Bolitar interrumpe inmediatamente sus vacaciones, pero cuando
llega a Nueva York se encuentra con que ni Esperanza ni su abogado quieren hablar con él. Sólo una cosa está clara: la
mujer oculta algo, pero Myron no sabe si tiene que ver con su vida personal o con el trabajo. La investigación le
conduce a hechos y lugares sórdidos, incluido un lamentable incidente de su propio pasado que preferiría olvidar, y,
sin saber cómo, ha llegado a un callejón sin salida: todo le señala como único sospechoso.