Tiempos difíciles fue una de las novelas menos conocidas de Charles Dickens. Con el tiempo, esta narración ha ido atrayendo cada vez más el interés de los lectores y de los críticos. Quizá haya ocurrido esto por las ideas que se discuten en ella. La obra trata de la historia de una familia y trata, sobre todo, de una forma más general, de cómo una filosofía, la filosofía utilitarista, moldea las conductas de las personas. Considerada la mejor de novela de Dickens por John Ruskin, Bernard Shaw o F.R: Leavis entre otros, Tiempos difíciles resulta la crítica a una filosofía que considera a los seres humanos como repuestos de uan vasta maquinaria que sólo unos pocos dominan. Esta obra consigue interesar al lector en un argumento tan denso de pensamientos sociales mediante recursos que descansan en un ingenuo efectismo, en la eficacia dramática de los planteamientos y en la sencillez con la que se describe toda una galería de personales memorables: una heroína ejemplar, llena de virtudes, un villano ofuscado por su propio éxito, que hace daño por puro egoísmo, un malo seducido por unas ideas que lo deslumbran, y un escolar que se convierte en un perro de presa. Si a éstos se añaden una excelente caricatura de la aristocracia inglesa y el retrato del idealizado obrero, mártir de su propia honradez, se cierra con ellos la nómina más relevante de una novela que mezcla con singular acierto el interés por las ideas con el interés por las personas.