Ambientada en el subsuelo de Manhattan, la segunda novela de Colum McCann es una esplendente mezcla de
historia e imaginación. Historia, porque en 1916 una explosión en las entrañas de la ciudad dejó sin vida a unos
cuantos operarios que trabajaban en la construcción de un túnel subterráneo entre Brooklyn y Manhattan. Imaginación,
porque a partir de este hecho histórico, McCann desgrana las historias imaginarias de varias generaciones de parias y
amores fatídicos, de crímenes accidentales y tabúes sociales, de la inventiva que para sobrevivir debe llegar a
alimentarse de ratas y bañarse en la nieve derretida de una ciudad cuya superficie opulenta se ha construido a partir
del sufrimiento de muchos.