Cuando apareció Solal, la primera novela de Albert Cohen, el éxito fue inmediato y la crítica francesa le saludó como un escritor extraordinario, a pesar de la novedad y complejidad de su propuesta narrativa. En ella aparecían por primera vez sus inolvidables personajes: el joven Solal y sus atrabiliarios y desternillantes «Esforzados», Saltiel, Comeclavos, Salomon, Michaël, Mattathias. También sus grandes temas: la búsqueda del Absoluto a través del amor, los juegos de seducción con reglas refinadas hasta el delirio, el tormento de los celos, la muerte; la omnipresencia del judaísmo: Solal, en una fulgurante carrera, pasa de la efervescencia resignada del ghetto a las intrigas sociopolíticas del mundo occidental