Alguien provoca un incendio en el castillo de Wybren en el que mueren los herederos. En un torreón cercano,
Morwenna de Calon se despierta una noche con una revelación: fuera de los muros del castillo hay un soldado herido,
cuyo rostro magullado es difícil de identificar. Morwenna presiente que se acerca el peligro. Mira fijamente al hombre
medio muerto y siente un escalofrío, una premonición. El hombre herido es Carrick de Wybren, el bastardo que le robó el
corazón para luego abandonarla, embarazada, por la mujer de su hermano. A Carrick lo acusan de haber prendido fuego al
castillo. Sin embargo, Morwenna no puede resistirse y se convierte en presa de su fascinación. ¿Quién será el herido:
un pecador o un santo? ¿Un despiadado asesino o una víctima inocente? ¿Carrick de Wybren, su amado, el hombre que tan
cruelmente la engañó, o bien otra persona?