En verano de 1965, el adolescente Alan Banks se enfrentó a la desaparición y el posible asesinato de su
mejor amigo, Graham Marshall, quien se esfumó un domingo mientras hacía el recorrido habitual del reparto de periódicos.
Treinta y cinco años más tarde, el inspector jefe Banks se encuentra en Grecia intentando recomponer su vida cuando,
en su ciudad natal, son hallados los restos óseos de un joven al que pronto identifican como Graham Marshall.
Banks, sumergido en un pasado demasiado lejano que aún le atormenta porque, en su momento, no pudo o no supo evitar la
muerte de su amigo, se involucra en una investigación que lo pondrá cara a cara con un mundo conocido y mucho más
cercano.