Martinica, una pequeña isla del Caribe bajo el protectorado de Francia, era un paraíso natural donde la vida transcurría despreocupadamente, en mitad de una exuberante vegetación y de un paisaje excepcional. En 1848, cuando el gobierno republicano se hizo con el poder en París, los rumores sobre el final de la esclavitud recorrieron la isla, despertando el miedo y la incertidumbre en los amos y una felicidad llena de esperanza en los esclavos.
Youma es una guapa y joven esclava criada en la lujosa ciudad de Saint-Pierre, ahijada de su ama, la aristócrata Madame Peyronnette, e íntima amiga de la hija de ésta. Cuando estallen las primeras revueltas de esclavos, y al tiempo que conoce el primer amor, Youma habrá de decidir si unirse a los de su raza o mantenerse fiel a la que ha sido siempre su única familia. Un conflicto que Hearn refleja con una sutileza y una inteligencia fuera de lo común para su tiempo, en una novela con una prosa tan musical como poderosa y sutil, tanto que consigue ofrecernos, sin maniqueísmos, un verdadero ideal de justicia incluso por encima de las causas justas.