Cuando la justicia no funciona y la policía no da abasto, solo cabe esperar un milagro. Esto fue lo que
debió de pensar el comisario Martin Beck cuando le encomendaron la misión más compleja de su carrera policial:
coordinar las tareas de protección de un senador estadounidense durante una visita oficial a Estocolmo. Tanto los
atentados ocurridos recientemente en el país como la personalidad del político hacen que las autoridades teman que se
vaya a producir una acción terrorista. El comisario Beck, por lo tanto, se enfrenta a este difícil caso entre presiones
políticas, el acoso de los medios y la constante amenaza de un atentado terrorista, consciente de que un fracaso haría
temblar los cimientos de toda Suecia.