A los cuarenta y dos años Elsie Lindtner abandona a su marido y se va a vivir a una isla. Sólo dos sirvientas la acompañan, ningún criado. En su retiro lleva un diario, escribe y recibe cartas. Tiene noticias de otras mujeres a quienes la pasión, la insatisfacción, la imaginación han conducido a la demencia, al adulterio, al suicidio. Ella tan sólo cree en "una irrevocable enemistad entre los sexos"