En el condado de Hecate, así como en Nueva York, se suceden historias de amor y de sexo, de ocultación y de
necesidad de reafirmación, de arte y de mercadeo despiadado. En ese universo, que oscila entre el realismo extremo y la
atmósfera embrujada, y en el que se entra bajo el influjo de la poderosa voz de un único narrador, la naturalidad no es
habitual, los deseos no se cumplen abiertamente y los demonios campan a sus anchas. Memorias del condado de Hecate es
un alegórico viaje por la sociedad norteamericana de una época que se oculta tras máscaras públicas y puertas cerradas,
y que poco a poco va difuminándose y disolviéndose envuelta en un oscuro halo de pesadilla.