Yorkshire, Inglaterra, verano de 1969. Al finalizar un concierto de rock, un grupo de jóvenes encuentra el
cadáver de una muchacha en el interior de un saco de dormir. Todo apunta a que ha sido brutalmente asesinada y a que su
muerte guarda cierta relación con la banda de psicodelia Mad Hatters. Al menos, eso quedó reflejado en el expediente
del caso, que en su momento fue investigado por un tal Stanley Chadwick. Décadas después, el inspector Alan Banks se
topa de nuevo con el nombre de los Mad Hatters relacionado con una muerte; en este caso, la de un periodista que estaba
escribiendo un artículo sobre la banda.