Un joven periodista madrileño, con pareja que podría ser estable en Barcelona, recibe el encargo de definir
en un breve artículo, en qué consiste la magia de la tan citada cocina mediterránea. El tema, ideal para cambiar de
aires, es el inicio de una aventura que cambiará la vida del autor, su sensibilidad, sus gustos, y su apreciación de la
historia inmediata, gracias al descubrimiento de un chef desconocido, Eudaldo Manera, que ha sido marmitón del Ritz y
cocinero en los grandes fastos de El Pardo, cuando el general Franco practicaba largas jornadas de pesca y caza. Amigo
de Arzak y Bocusse, conocedor de la gran cocina francesa de las mères de Lyon, y crítico observador de todo aquello que
ahora se cuece en nuestros fogones, es la persona ideal para que un escritor, o un lector, con escasos conocimientos
culinarios, pueda dar fe de toda la grandeza que rodea el complejo mundo de la cocina y de las muchas conversaciones
que se escuchan entre mesa y mantel cuando por ellas pasa el quién es quién de la política, el arte y el cine.