Tras su celebrado Con tal de no morir, el autor nos entrega un segundo libro de relatos en el que vuelve a brillar la peculiar fusión de lo cotidiano y lo extraño, lo humorístico y lo patético, en títulos como «A su edad», una incisiva parábola contemporánea, o «Un sueño de la diosa», con su sugestivo trasfondo hindú. Una muchacha con un perfume cítrico y un crítico de cine amargamente autocrítico acompañan la perplejidad del viajero protagonista de «La ciudad dormitorio», mientras que las crisis conyugales adquieren perfiles turbadores en «El cuento de Gógol» y «El buda bajo el agua». En la segunda mitad, cuatro extensos relatos que son un homenaje a Henry James, ya que, partiendo de las ocurrencias y esbozos que el novelista americano anotó en sus diarios como posibles argumentos de narraciones que nunca escribió, Molina Foix ha desarrollado cuatro de ellos: una saga familiar de trepidante peripecia cosmopolita («La segunda boda»), la conmovedora historia de amor de una pareja de profesores ingleses («Los otros labios»), la carrera de un pintor tan presuntuoso como huidizo («El cuadro familiar»), y en el que da título al libro, la relación que un hombre mantiene, a través de unos muebles, con su pasado y con el porvenir de sus ilusiones. «Digámoslo ya: el nivel de los nueve cuentos es elevadísimo –cinco de ellos fuera del ciclo titulado A partir de James–, pero hay dos excelentes, fuera de lo común… La elegancia narrativa y el tono siempre educado y sugestivo, aun en momentos donde podría recurrirse a la truculencia sin desentonar, sobrevuelan estos relatos como si una invisible brida tirase del narrador… El cuento se reivindica una vez más gracias a este volumen de Vicente Molina Foix, muy recomendable» (Andrés Pau, Levante). «Condensa la plenitud y el enganche de una gran novela en historias breves, pero ricas en todo, desde el primer párrafo… Como los rusos de la primera narración de este libro, también él puede ser uno de esos autores que el lector ame para siempre» (Patricia Blanco, La Voz de Galicia). «En El hombre que vendió su propia cama Vicente Molina Foix repasa, con su maestría habitual, la cotidianidad de la vida, los grandes dramas y las grandes comedias que se ocultan en los momentos más insignificantes a primera vista» (María Martín, Tiempo).