Henry Miller llegó tarde al grupo de expatriados de los años 1920, entre los cuales escritores como Hemingway o Fitzgerald irrumpieron brillantemente en el firmamento literario. Para cuando Miller se trasladó a París, a instancias de su esposa June, América estaba entrando en la Gran Depresión y la sombra de Hitler comenzaba a moverse a través de Europa. Poco tiempo después, Miller conocía e iniciaba una larga relación con Anaïs Nin, a la que sigue hasta Nueva York en 1935.
El viaje y las experiencias vividas lo llevan a escribir ese mismo año este Nueva York. Ida y vuelta. Más diario que novela, y escrita desde el yo y la subjetividad propia del autor, esta obra es una larga y divertida carta que Miller dirige a su íntimo amigo Alfred Perlès, una carta llena de impresiones vivas y reflexiones escandalosas, en la que se incluye también un ameno fresco de su viaje, conformando así un retrato tan cómico como genial del autor y de su lugar de nacimiento.
En este volumen se añade la también carta del autor Vía Dieppe-Newhaven, donde nos narra un malogrado viaje a Londres desde París.