De un modo por completo accidental, el científico Richard Seaton descubre un nuevo material, el metal X, capaz de convertir la materia en energía de forma instantánea y sin pérdida alguna. Con la ayuda de un amigo ingeniero y millonario, emprenderá la construcción de una nave espacial con tal potencia que cualquier distancia entre las estrellas podrá recorrerse en cuestión de días o semanas. Pero su colega en el laboratorio, DuQuesne, tiene otros planes más lucrativos para el descubrimiento y no dudará en recurrir al crimen para llevarlos adelante. El rapto de la amada de Seaton será sólo el arranque de una aventura interplanetaria sin precedentes.
Edward Elmer Smith (1890-1965), ingeniero químico nacido en Wisconsin e instalado en Washington para desempeñar sus labores profesionales, redactó en 1915 una de las primeras space operas de la ciencia-ficción, con el título La alondra del espacio (The Skylark of Space). No se publicaría hasta 1928 en las páginas de la revista Amazing Stories, pero su éxito entre los lectores fue de tal magnitud que tuvo tres continuaciones, la última de ellas en 1965. Aun más admirada y prolongada fue su serie dedicada a los hombres-lente de la Patrulla Galáctica, que ocuparía seis títulos, entre 1934 y 1947, el primero de ellos la célebre novela Triplanetary. Sinónimo de aventura e imaginación desbocada, «Doc» Smith fue uno de los más queridos escritores de anticipación; su obra crearía escuela dentro de las revistas populares de su tiempo, con discípulos como Edmond Hamilton, Jack Williamson o John W. Campbell.
«Fue el primer gran “clásico” de la ciencia-ficción americana en revistas y el precursor de toda la ciencia-ficción de origen norteamericano que desde entonces ha dominado la literatura mundial en ese campo.» --Isaac Asimov
