Klaus Francke amplia su particular visión del territorio - descrita en España vista desde el cielo-, a todo el mundo, centrando su atención en la naturaleza y en su capacidad, se diría que ilimitada, de ofrecer formas y colores insólitos y sugestivos. A lo largo de sus 300 páginas, fruto de un minucioso estudio previo, la naturaleza se nos muestra como con una vida propia que quiere manifestarse, y que lo hace de múltiples maneras, todas ellas fascinantes.