Christophe Agou, fotógrafo francés afincado en Nueva York desde 1992, ya fue reconocido por la crítica por su proyecto sobre el metro neoyorquino en 2004. Esta obra, cuya idea surge de la convivencia en 2002 con familias de agricultores franceses, nos muestra un cierto tipo de vida rural en Francia, y constituye -a modo de diario- un reportaje sobre la vida, el trabajo y el paso del tiempo y las estaciones.