La familia de Ana y César se traslada al pueblo, a casa de la abuela. Ana tiene la sensación de que todos están serios y tristes. También le extraña ver a su papá encogido y arrugado, sin poder hacer ningún esfuerzo y sin ganas de comer ni de salir ni de hacer nada. Los dos hermanos salen a jugar al campo y persiguen mariposas. De pronto, Ana ve una enorme y preciosa, y la sigue. César le explica que es una cometa y que para que vuele hay que darle un buen impulso. Entonces Ana tiene una idea estupenda. Vuelve corriendo a casa, coge a su padre por las manos y tira de él obligándole a levantarse y a salir de casa. Al sentir el sol, su padre se estira y sonríe. Entonces, Ana le suelta y le da impulso con un beso muy fuerte. Al principio, su padre se tambalea pero poco a poco empieza a andar. Toda la familia aplaude y Ana está muy contenta: ella ha conseguido echar a volar a su papá.