En El Héroe y el Único, Rafael Argullol se adentra en el brillante mundo conceptual del Romanticismo, concentrándose en un elemento esencial de la concepción romántica del hombre: la relación entre la figura del héroe, epítome del propio ser humano, y el horizonte trágico que se revela como su fundamento. Para ello, toma como interlocutores a tres poetas decisivos, Hölderlin, Keats y Leopardi, y sigue el hilo poético-filosófico que los une, vinculándolo con el saber trágico de los antiguos griegos. El resultado no es solamente una investigación sobre la imagen del hombre en la Antigüedad o el Romanticismo, sino una honda reflexión sobre la humanidad contemporánea en el contexto de la gran pregunta romántica sobre la libertad.