Mientras Simón Camus dirige una frustrante visita guiada de un grupo de escolares distraídos al madrileño Museo de Ciencias Naturales, una joven pintora y zoóloga argentina, Julieta Greco, -que acaba de llegar de su país para coordinar una exposición de dibujos del naturalista español Ángel Cabrera- se infiltra entre el público adolescente. Allí se inicia un recorrido por las calles, los bares, los museos y los mercadillos del Madrid de finales del pasado siglo y, sobre todo, una apasionada historia de amor. Juntos irán descubriendo también la vida de Cabrera, que en 1925 aceptaría un puesto en el museo de la ciudad de La Plata, en la Argentina, de donde no iba a regresar nunca más. Por estas páginas discurren los primeros años del naturalista por tierras del Rif y por las serranías españolas, su trabajo en el Museo de Ciencias Naturales, su relación con Ramón y Cajal y con la Institución Libre de Enseñanza, y luego, ya en la ciudad de La Plata, sus descubrimientos paleontológicos y sus relaciones con la ciencia y el peronismo, el reconocimiento a su trabajo, salpicado de intrigas y de celos. Y también la historia de amor de toda una vida junto a su mujer, María Aguado. Una historia que son dos historias llenas de pasión y ciencia contadas desde las calles y los museos.