El libro propone la recreación literaria de los recuerdos gastronómicos, utilizando recursos poco
frecuentes en el género: autobiografía, ironía, sarcasmo, prosa humorística, comenzando, claro está, por ellos mismos.
Aborrecen lo superfluo y así lo proclaman con energía, utilizando una prosa que inmediatamente embauca al lector, sobre
todo, por la manera en que hablan del placer de comer y la cocina y de su lugar en la memoria de cada cual.