La huella autobiográfica que Charles Dickens (1812-1870) dejó en David Copperfield, una de sus obras más importantes, convirtió este libro en el más cercano a su corazón. David, como Dickens, vivió una infancia feliz leyendo y asistiendo a la escuela hasta que su suerte cambió. La transmutación íntima de ambos, protagonista y autor, fue compleja y sutil. Aunque ficción y realidad no siempre coinciden, las desdichas de la niñez, el trabajo en la abogacía, la condición de escritor y varios de los personajes responden a la experiencia personal de su autor. Narrada desde la distancia del adulto, la vida de David Copperfield encierra sátira y humor irónico, luto y angustia, pero también mucha alegría y ruido de personas.