Hijo de un minero de Nottinghamshire y de una antigua maestra, D. H. LAWRENCE (1885-1930) cursó estudios universitarios y se dedicó a la enseñanza antes de entregarse por entero a la literatura; a raíz del estallido de la Primer Guerra Mundial abandonó Inglaterra, pasando el resto de sus días en Italia, Australia y Nuevo México. Escrita a lo largo de 1926 y 1927, EL AMANTE DE LADY CHATTERLEY ilustra la oposición entre el vitalismo y el intelectualismo, dos formas antagónicas de ver la vida -creadora una, destructora la otra-. El carácter liberador de las energías instintivas en la relación sexual desempeña en la novela el papel catalizador de ese conflicto.