Limitadas por su propia naturaleza o por una moral coercitiva, las tres protagonistas de PARA QUE NADA SE PIERDA -tres generaciones de mujeres de una misma familia- recurren al amor para intentar superar estos obstáculos y alcanzar la plenitud vital. Sembrado de frustraciones, de soledad, de experiencias traumáticas, a veces de locura, este camino se revela sin embargo para ellas, en último término, como la manera de alcanzar una visión más tolerante y profunda del mundo, de entrever lo que se oculta detrás de las apariencias, de conjurar mediante las propiedades mágicas del lenguaje el destino impuesto, e incluso de presagiar la propia muerte. Por medio de un lenguaje siempre sugerente y una sabia dosificación de la intriga, CARMEN AMORAGA nos guía en esta novela hasta los últimos rincones de la condición humana, desvelándonos no obstante a la vez el lado poético y misterioso de la existencia.