El apellido Allende evoca de inmediato la figura del presidente chileno, derrocado por un golpe de estado,
que además le costó la vida. Tati fue la hija revolucionaria de Allende y tras el golpe de estado huyó de Chile y se
refugió en Cuba. Allí fue convertida por el aparato propagandístico de Fidel Castro en un icono de la lucha
revolucionaria, una figura modelada y manipulada según los intereses del régimen comunista de la isla. Incómoda por
esta situación y desolada por haber sido abandonada por su marido y padre de sus dos hijos, Tati se quitó la vida en su
apartamento de La Habana, donde había llegado hacía cuatro años. Basándose en la escasa documentación existente y
recreando novelísticamente los episodios de los que apenas nada se sabe, Margarita Espuña reconstruye en esta brillante
y emocionante biografía la figura de una mujer valiente y honesta, que fue víctima de la convulsa historia de
Latinoamérica en la segunda mitad del siglo XX.